Se terminó el suspenso para los sureños y tendrán que ser espectadores de la siguiente fase de la Liga
Solo servía ganar en la tarde del domingo y esperar que Once Caldas perdiera ante Deportivo Cali, para tener la opción de clasificar, así las cosas, depender de otros ya era una dificultad mayor, aún teniendo en cuenta el nivel del equipo azucarero, que ni administrativamente, ni en el terreno de juego está bien.
Y aunque el primer tiempo fue positivo para el elenco pastuso, incluso abriendo el marcador por intermedio de Facundo Boné, al minuto 6 de iniciado el compromiso; las posibilidades para los “volcánicos” se fueron diluyendo en el transcurso del cotejo.
Once Caldas ratificaba su presencia entre los 8 venciendo al Cali y Pasto que tuvo un buen primer tiempo, tuvo un revés para la etapa complementaria con la expulsión de Edwin Velazco, lo cual afectó el funcionamiento de equipo y le facilitó las cosas al conjunto dirigido por Leonel Álvarez.
El marcador final 2×1 a favor de Bucaramanga, puso fin la ilusión sureña, que ahora tendrá que pensar en el segundo semestre y preparar su participación en copa. Aunque el objetivo no se cumplió, la campaña “tricolor” fue aceptable en términos generales, 29 puntos le dieron al conjunto de Ayala, la posibilidad de pelear hasta la última fecha, sin un equipo competitivo y sin delanteros que aporten goles.
Quizá los que estaban llamados a poner condiciones y hacer notar una diferencia, no estuvieron para afrontar de mejor manera las fechas definitivas y Pasto, se quedó en el camino; Camilo Ayala, en cifras tuvo un buen desempeño en el banquillo técnico, aunque algún sector de la prensa le endilga su falta de experiencia en la A y la insistencia en la formación de algunos jugadores con pobre nivel. Lo cierto es que la experiencia se gana con competencia y trabajo, haciendo procesos serios a largo plazo, además, es necesario invertir en la nómina para armar un plantel sólido, que no solo aspire a ser parte del campeonato como un convidado más, sino que quiera bordar en su escudo la segunda estrella; mientras ese objetivo no se trace desde la dirección, difícilmente veremos a los “hijos del Galeras” en una final.