*Foto: Juliana Burbano

En la última década, se han lanzado innumerables campañas con el objetivo que los nariñenses valoremos lo nuestro

Si bien este tipo de propósitos han logrado de alguna manera impulsar importantes renglones de la economía, se requiere establecer una política permanente desde el sector público, para que se destinen recursos importantes que estimulen programas de capacitación, emprendimiento y comercialización de productos, bienes y servicios que dinamicen la precaria economía doméstica.

El desarrollo de la región pasa por implementar esquemas que se puedan ejecutar y evaluar a corto, mediano y largo plazo, los cuales garanticen una complementariedad en el tema logístico, de conectividad y de inversión para que hacer empresa en Nariño, no sea una odisea y pase a ser una realidad sostenible, que en buena medida solucionaría el problema de desempleo y pobreza, especialmente en el sector rural, que, además, ha sido duramente golpeado por la violencia.

Las manos de nuestros artesanos, de los agricultores y de quienes han rescatado la diversidad gastronómica del departamento, merecen tener un centro de convenciones y ferias donde las exposiciones y ruedas de negocios puedan celebrarse de manera oportuna, ofreciendo una buena infraestructura, con todos los servicios básicos, espacios amplios de exposición, senderos para los visitantes, salas de proyección y eventos, en los que cada participante disfrute de esta experiencia.

Desde hace muchos años, se ha planteado la necesidad de construir un escenario adecuado para impulsar al sector productivo regional, sin embargo, hasta el momento solo ha quedado en buenas intenciones; la Alcaldía de Pasto y la Gobernación de Nariño, han expresado su voluntad para gestionar la creación de este centro, es un asunto pendiente de nuestros gobernantes, porque talento humano y materia prima hay de sobra.

Como nariñenses, debemos desde todos los sectores hacer parte de este empeño, que no solo es pedir que se haga, sino conocer, difundir, comprar productos propios de la región y multiplicar la riqueza cultural e histórica que poseemos. Somos un territorio bendecido por Dios, con un potencial enorme para el turismo y otros renglones económicos, teniendo como aliados a nuestros vecinos de Ecuador, Brasil y Perú, sin perder de vista a los demás, en especial a China, con exportaciones e importaciones a través del puerto de Tumaco. Las condiciones están dadas, nos falta es hacer la tarea como debe ser… ¡Primero lo nuestro!

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