Un importante descubrimiento tuvo lugar en zona rural del municipio de Los Andes Sotomayor, donde unidades de la Vigésima Tercera Brigada detectaron un centro de acopio de explosivos
Dentro de la ofensiva militar del Plan de Campaña Ayacucho, tropas adscritas a la Tercera División del Ejército, reportaron la ubicación de una infraestructura que servía como lugar de almacenamiento de al menos 3,7 toneladas de artefactos detonantes que son utilizados por grupos alzados en armas al margen de la ley, que delinquen en esta zona del país.
En total se contabilizaron 280 minas antipersonal, 20 artefactos explosivos improvisados tipo cilindro, 260 municiones de fabricación improvisada, comúnmente conocida como tatuco; 240 municiones de fabricación improvisada tipo granada de mortero con espoleta y 300 kilogramos de pólvora negra; así mismo, fueron hallados 3 brazaletes alusivos al Bloque Occidental Jacobo Arenas, Estructura Franco Benavides, de las Disidencias de las Farc.
En el lugar de los hechos hizo presencia el grupo de explosivos y demoliciones EXDE, que cumpliendo con los protocolos de seguridad neutralizó este material de manera controlada. De acuerdo con expertos, uno de estos elementos al ser activado podría tener un alcance aproximado de más de 500 metros, el cual puede generar un cráter de entre 1,5 y 3,5 metros de diámetro. Su uso estaría destinado a atentar contra la Fuerza Pública. Cabe anotar que, al ser artefactos de fabricación artesanal, también ponen en riesgo a la población civil que queda en medio de los combates, al no contar con la precisión y regulación de alcance y poder destructivo; establecido en normas internacionales sobre confrontaciones bélicas, para evitar el uso excesivo de la fuerza. Triste y paradójicamente, son miles las víctimas civiles de este tipo de explosivos utilizados dentro del conflicto armado interno.
En lo corrido del año, la Brigada 23 ha desactivado 77 explosivos en el departamento de Nariño, evitando así que hechos de sangre enluten a más familias colombianas, o dejen con graves secuelas a quienes hacen parte de las Fuerzas Militares y de Policía, que son objeto de constantes hostigamientos por parte de organizaciones guerrilleras que operan en el departamento.
“Es de gran importancia resaltar que la fabricación y activación de estos elementos son una violación flagrante a los Derechos Humanos y al Derecho Internacional Humanitario. El Ejército Nacional mantiene su esfuerzo por preservar la vida y la tranquilidad de los habitantes del suroccidente colombiano, así mismo rechaza el accionar delictivo de estos grupos que atentan violentamente contra la Fuerza Pública y la población civil” – Se lee en el comunicado oficial de la Tercera Brigada.