Una delicada situación quedó al descubierto en torno a la seguridad y el orden público en la cordillera nariñense, donde se pudo evidenciar la incursión de hombres armados en el casco urbano de Policarpa.

La presencia de quienes al parecer son miembros del frente Franco Benavides de las disidencias de las antiguas Farc, quedó registrada en varios videos que el pasado 24 de enero se volvieron virales y, en los que se puede apreciar a un grupo que llega a la población en motocicletas, vistiendo prendas militares y portando armas de largo alcance.

Según testigos del hecho, el mensaje de esta estructura guerrillera fue claro, al entablar un corto dialogo con los policías que permanecen en la estación de la localidad; el dominio territorial y las normas son establecidos por los alzados en armas, sin que la institucionalidad pueda hacer mayor cosa.

Históricamente varias comunidades del departamento de Nariño, han sido objeto del abandono estatal y por ende se ven obligados a convivir con todo tipo de actores armados, que se financian del narcotráfico, la minería ilegal y la extorsión; sin que los gobiernos de turno les presten la atención requerida.

Tras los diálogos que adelanta el gobierno nacional con la guerrilla y los acuerdos de cese al fuego, se esperaba por lo menos que la población civil quede por fuera de cualquier hostilidad, sin embargo, en lo corrido del año continúan los asesinatos, las amenazas y el desplazamiento, desde diferentes actores del conflicto.

Al conocer del hecho presentado en Cumbitara, el ministro de defensa Iván Velásquez, se refirió al tema asegurando que esta sería una clara violación del cese al fuego y de los protocolos que acordaron gobierno y subversión.  “Hemos recogido toda la información para presentar al mecanismo de monitoreo y verificación que es el competente en primera instancia para hacer la verificación sobre esta incursión del EMC en centros poblados”, – Insistió.

El Departamento de Policía Nariño, a través de un corto comunicado, confirmó la veracidad de los videos que circulan en redes sociales, limitándose a precisar que han puesto en conocimiento de los organismos de verificación, monitoreo y veeduría del cese al fuego bilateral, lo ocurrido en la población nariñense, siguiendo las directrices de la Presidencia de la República, contenidas en el Decreto 016 del 14 de enero de 2024.

Lo cierto es que, a pesar de la violencia propagada en Nariño, jamás se debe estigmatizar a los habitantes de las zonas que han sido escenarios de combates o dominio de alzados en armas, pues el campesino común y corriente, no puede manifestar su desacuerdo con ningún grupo, porque se convierte inmediatamente en objetivo militar.

Así las cosas, serán las organizaciones defensoras de Derechos Humanos, la Iglesia y los garantes de los diálogos los que constaten que se cumplan los acuerdos parciales entre el gobierno nacional y las disidencias de las Farc.

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