Resulta desalentador evidenciar que siguen las manifestaciones violentas en la región sur, pasadas las festividades la mirada vuelve a centrarse en las condiciones sociales que deben enfrentar cientos de campesinos, especialmente en la costa pacífica nariñense, donde el accionar de grupos al margen de la ley sigue como si nada.
La sub región del Telembí, ha sido un blanco fácil para quienes se dedican a negocios ilícitos relacionados con el narcotráfico, pues las condiciones de pobreza, falta de educación y el abandono estatal, han creado el escenario perfecto para que esta zona padezca un brote de violencia inusitado.
La historia se repite una y tantas veces que las noticias de desplazamiento, amenazas y asesinatos de la población civil parecen convertirse en algo cotidiano; con la indiferencia del gobierno que le apuesta al dialogo, mientras en el campo la gente huye para no ser víctima de los actores del conflicto.
Lo grave es que nadie se pronuncia en favor de los habitantes de la zona, que en muy pocas ocasiones reciben una asistencia por parte de instituciones del estado, pues ni los mismos funcionarios públicos, pueden ingresar al territorio para verificar las condiciones en las que se encuentran decenas de familias.
Esta vez, varias personas con su núcleo familiar buscan refugio en el casco urbano del municipio de Olaya Herrera, donde se ha dispuesto recibirles, aunque la atención oficial es precaria por la falta de recursos del municipio.
Olaya Herrera, cuya cabecera municipal es conocida como Bocas de Satinga, es una zona rica en recursos naturales entre ellos la minería, por ello también los grupos al margen de la ley han aprovechado las difíciles condiciones de acceso para hacerse al negocio de manera ilegal, dejándoles a estas estructuras ganancias millonarias.
Al conocer la delicada situación, el gobernador de Nariño, quien en estos días ha adelantado varias reuniones y consejos de seguridad, tendientes a mejorar el orden público en la costa pacífica, pidió el apoyo del Ejército Nacional, para que garantice el retorno a sus lugares de origen a cientos de familias, sin embargo, la situación es compleja dadas las instrucciones impartidas por el gobierno central, que limitan la operatividad de las fuerzas militares.
El pasado 14 de enero, el Gobernador de Nariño, se reunió con los alcaldes de varios municipios que han sido azotados por la violencia, para buscar con ellos las estrategias que permitan avanzar en una paz territorial. Escobar Jaramillo, se refirió a la propuesta de un Pacto por la transformación territorial para la vida y la paz en el departamento de Nariño, como una posible solución a la dura realidad de esta comarca.