Un nuevo aplazamiento fue anunciado por Invias, con respecto a la entrega del tramo vial que falta por culminar en el sector de la vereda El Chontaduro, jurisdicción del municipio de Rosas, parece entonces un nuevo capítulo de promesas incumplidas; pues desde que ocurrió el deslizamiento de tierra, en los primeros días de enero del 2023, han sido múltiples los anuncios de una solución definitiva.

Sin embargo, hasta la fecha se han logrado avances parciales que, si bien dan un respiro al tema de transporte de mercancías y pasajeros, no constituyen la erradicación del problema; las condiciones técnicas del trazado ofrecen una resistencia adicional a la normal, dadas las pendientes con las que cintos de conductores deben luchar para que sus máquinas lleguen a su destino final.

Poco a poco se ha ido corrigiendo este tema, aunque el ritmo de trabajo y las dificultades del terreno parecen relentizar la puesta en operación de este corredor, adicional a las promesas de entrega que han tenido en el año diferentes fechas, sin que se cumpla el calendario establecido; termina el 2023 y un pronunciamiento por parte del Consejo Gremial y Empresarial del Cauca, da cuenta que sería el próximo 30 de enero de 2024, el plazo para una probable entrega de la obra.

Así las cosas, la preocupación de los gremios productivos de Nariño y Cauca es evidente, no llegó la tan anhelada recuperación económica para esta sección del país, y si el aumento en los precios del combustible, que nos dejó en clara desventaja con respecto al resto de Colombia, donde a los inconvenientes de movilidad se les ha dado otro tratamiento.

El sector hotelero es uno de los más afectados por esta contrariedad pues se espera el arribo de miles de turistas que vienen a disfrutar de las fiestas de fin de año y especialmente de nuestro Carnaval de Negros y Blancos; y que tendrán que sortear las incomodidades de una vía inconclusa, con serios problemas de embotellamiento y poca capacidad para facilitar el tránsito de vehículos de gran tonelaje.

Se habla mucho por estos días de la doble calzada Pasto – Popayán, con la variante Timbío – El Estanquillo, como la solución definitiva de conectividad terrestre con el interior del país, promesa de campaña de por lo menos 12 administraciones nacionales y seccionales, sin que exista la voluntad política real para cristalizar este anhelo de caucanos y nariñenses. “Amanecerá y veremos” suelen decir nuestros adultos mayores; ojalá el 30 de enero no nos dejen viendo el chispero.

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