Una preocupante situación dio a conocer el diario El Espectador, medio de comunicación nacional, que puso el dedo en la llaga sobre un tema que poco se conoce y que requiere toda la atención de las autoridades pertinentes; sobre la muerte de menores en hogares de paso del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar.
Según la investigación adelantada por el equipo periodístico, desde 2018 hasta julio del presente año, se tiene un registro de 36 niños y niñas migrantes que han fallecido estando bajo custodia de esta institución estatal cuya misión paradójicamente está enmarcada en velar por la vida y bienestar de los menores de edad en situaciones vulnerables.
El caso más reciente que salió a la luz pública, es la muerte de un adolescente de origen venezolano, identificado como Danilo Martínez Márquez, quien presuntamente fue atacado por otro menor en un hogar sustituto de la capital de Nariño, y cuyos móviles no son del todo claros.
Sobre la publicación de El Espectador, se pronunció el ICBF, reconociendo que existe una problemática en algunos hogares a su cargo y que desde un principio han colaborado suministrando toda la información al respecto: «En esa medida, las cifras y datos reportados corresponden a los entregados por parte de ICBF para la investigación y entendemos que la publicación no obedece a ningún ataque contra la entidad, sino al contrario permite evidenciar situaciones ocurridas en el país desde el 2018 que están en materia de investigación», indica el ICBF.
Continua el comunicado destacando que los hogares sustitutos son una modalidad en que familias particulares acogen a los menores que requieren una atención especial, destacan que esta figura debidamente controlada por la entidad, lleva casi dos décadas funcionando y que en todo el país son miles quienes participan en este proceso: «Estos hogares forman parte del proceso de restablecimiento desde hace 18 años, y en la actualidad existen más de cinco mil en todo el país, con regulación y acompañamiento de parte de las entidades sin ánimo de lucro que tienen licencia de funcionamiento para tal fin. Así mismo, no están exentos de investigación y por tanto ante cualquier hecho o duda de su atención son cerrados de manera inmediata, tal y como se procedió en su momento con este hogar» – insisten.
Destacan que no en todos los casos conocidos de fallecimiento hubo ataques entre los mismos menores, sino que también los decesos ocurrieron por enfermedades, negligencias e incluso suicidio. Por último, lamentan el hecho ocurrido en Pasto.
Por su parte la hermana de la víctima, denunció que, al reclamar el cuerpo en medicina legal, presuntamente los órganos del fallecido habían sido donados sin el consentimiento de sus familiares, situación que, además, dificultaría el esclarecimiento sobre la forma en que murió Martínez Márquez.