Tras las manifestaciones que se presentaron el pasado domingo 29 de octubre, en el municipio de Ricaurte, pie de monte costero nariñense, y que impidieron el normal desarrollo de la jornada electoral, que debió ser suspendida por las autoridades dado que no existían las garantías de orden público para que los ciudadanos acudan de manera libre y tranquila a sus respectivos lugares de votación.
El detonante por el que un significativo grupo de ciudadanos protestaron airadamente fue el conocerse la denuncia de Jaime Caicedo, candidato a la alcaldía quien fue objeto de amenazas que, según los denunciantes buscaba impedir su participación, ante la situación, varios de sus seguidores se tomaron puestos de votación exigiendo garantías y claridad en el proceso.
Para evitar hechos de violencia las autoridades locales tomaron la decisión de no celebrar los comicios, hasta tanto no se aclare de donde provienen las intimidaciones y se pueda brindar la seguridad pertinente a todos los electores.
En ese orden de ideas, el registrador nacional del estado civil, Alexander Vega Rocha, se pronunció, luego de conocer el informe de los funcionarios y las anomalías presentadas en Ricaurte; el alto funcionario afirmó que se va a repetir el proceso electoral en esta población nariñense.
Destacó, además que, en Samaniego, se instalaron mesas en los polideportivos donde existen comunidades desplazadas por el conflicto armado para que estas personas pudieran ejercer su derecho al voto.
Vega Rocha, se refirió al traslado de mesas por factor climático en zona rural de Tumaco, y a la situación compleja que se vivió en el vecino departamento del Putumayo, concretamente en la población de Santiago, donde hubo asonada por parte de seguidores de dos campañas que alegaban un posible fraude, y quienes ingresaron violentamente a un puesto de votación destruyendo el material electoral. En consecuencia, también en ese municipio habrá nueva jornada para elegir alcalde, concejales y asambleístas.
Por último, El registrador agradeció el esfuerzo de los cuerpos de seguridad del Estado, por el despliegue operativo que permitió celebrar la fiesta democrática en relativa calma. En los mismos términos reconoció el papel fundamental de la institucionalidad que de manera articulada trabajó para hacer posible las elecciones regionales.
