En las instalaciones del colegio San Francisco Javier, sección primaria, se llevó a cabo la última fase del concurso, que reconoce la calidad del café cultivado en el departamento, cuyas propiedades son conocidas mundialmente.
Para poder participar en la exposición a la que asistieron más de 35.000 visitantes, entre ellos varias personalidades de la industria, no solo del café sino también del cacao y el sector turístico, para darle un importante impulso a la economía regional buscando alianzas estratégicas que permitan atender los requerimientos de un mercado cada vez más exigente y prometedor; se seleccionaron varios micro lotes, entre 240 y 800 kilogramos.
El proceso se llevó a cabo entre el 16 de junio y el 28 de julio, en dos centros de acopio determinados por la organización, dividiéndolos en dos grandes categorías de acuerdo a sus características y propiedades: Variedades Tradicionales, la primera, y Varietales o exóticos, la segunda.
Se premió los 5 primeros lugares de cada grupo y como parte de este certamen se pudo disfrutar de muestras comerciales, agenda académica, rueda de negocios, shows de barismo y chocolatería, concursos de catación y la mejor taza de chocolate servida, así como de una sana competencia por definir las mejores rutas turísticas en torno al grano nacional.
A estas actividades se sumaron un campeonato de fútbol entre el gremio y una agenda cultural, pero quizá uno de los momentos más esperados por los participantes fue el de la subasta internacional, donde brilló nuevamente el café de nuestras montañas, que sin duda ya tiene un lugar entre los consumidores más exigentes de todos los continentes, lo cual permite mejorar el precio de venta y estar a la altura de los requerimientos del mercado global.
En este sentido, la Gobernación de Nariño, se anota un importante acierto para dinamizar la golpeada economía del departamento y contribuir a posicionar el café sureño en nuevos escenarios de orden mundial. Ya algo similar pasó con el cacao producido en suelo nariñense, el cual, ha cruzado fronteras para no solo representar dignamente al campesino de la región, sino dejar muy en alto el nombre de Colombia, como un productor especializado de estos dos frutos de la naturaleza.