Uno de los temas que en estos días acapara la atención de los empresarios y de trabajadores de todo el país, tiene que ver con la propuesta que el gobierno de Gustavo Petro, viene estructurando desde el Ministerio de Trabajo, y en la que se pretende cambiar varios pilares del sistema actual en torno a contratación y condiciones de los empleados del sector productivo colombiano.

Bruce Mac Master, presidente de la ANDI, ha puesto el dedo en la llaga al referirse sobre el impacto que la iniciativa gubernamental tendría en la dinámica económica, si se aprueba la reforma tal y como está planteada, según el empresario la informalidad es uno de los temas que necesita especial atención para bajar el índice que actualmente alcanza un 13 %, y el desempleo que afecta a 12 millones de colombianos que no logran estabilidad laboral o condiciones dignas para desarrollar una tarea que les permita subsistir.

Otro de los puntos a debatir entre el gremio y el gobierno, es el referente a la creación de nuevos empleos, que por lo expresado por la Ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez, el proyecto liderado desde la Casa de Nariño, no contempla incentivar nuevas fuentes de empleo; lo cual causó revuelo entre la opinión pública que espera un cambio que beneficie a todos, en especial a quienes, por sus condiciones económicas, sociales, o de formación académica escasa, no tienen oportunidades reales de salir de los cordones de pobreza, que cada vez crecen más en las periferias de las grandes ciudades.

Mac Master, indicó que se hace necesario bajarle a la ideología para concentrarse en las soluciones pertinentes del sector productivo, para hacerlo más competitivo, producir más cosas, y generar riqueza. Es decir, que cualquier reforma que se impulse debe ser pensada y ejecutada con lo que más le conviene a la sociedad colombiana y no solo por una corriente que pretenda imponerse sin tener en cuenta la realidad que afronta el país.

De todas maneras, parece que la visión de los empresarios es diferente a la del aparato gubernamental, pero existe por parte de los industriales la disposición para escuchar, proponer y buscar consensos que jalonen el desarrollo sostenible de la producción nacional.

Así las cosas, el panorama de la reforma laboral no es claro, tal como ha ocurrido en estos días con otros objetivos del gobierno Petro, en torno a la salud y a pensiones que no han encontrado el respaldo necesario para cristalizarse. Es entonces clave, la suma de voluntades en un ejercicio franco de escucha, que permita ceder en aspectos que hasta la fecha han sido centro del debate.

Está claro que no todo lo gestado desde los partidos de gobierno va a pasar tal y como pretenden los congresistas y funcionarios afines al presidente, por eso el debate sano, respetuoso y consciente jugará en los próximos días un papel definitivo en pro de las mencionadas reformas.

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