Como si no fuese suficiente con el drama que vive el sur occidente colombiano, por la emergencia que hace ya una semana se presentó en el municipio de Rosas – Cauca, en el que un derrumbe de gran magnitud, arrasó con 3 veredas y se llevó 500 metros de banca de la vía Panamericana, dejando incomunicada esta sección del país, con el interior y obligando al gobierno nacional a buscar nuevas alternativas de conexión, que incluye la construcción de una doble calzada para evitar la circulación vehicular por la zona de mayor influencia de la falla geológica del Romeral, se suman las intensas precipitaciones pluviales que han causado derrumbes e inundaciones en otras zonas del departamento.

En Pasto, el pasado sábado 14 de enero se presentó una emergencia el barrio Juanoy alto, por el desbordamiento de una quebrada, que afectó 11 viviendas y destruyó un galpón de un criadero de pollos, que resultó en pérdida total.

También se reportó el cierre de la vía Pasto – Mojarras en 2 puntos: El primero en el sector Palmas alto, kilometro 21 y el segundo en el kilómetro 23, conocido como Hato Viejo, ambos en jurisdicción del municipio de Chachagüí, donde ya están trabajando operarios con maquinaria amarilla y poco a poco se restablece el paso de automotores.

Otra población afectada por la ola invernal es el municipio de Güaitarilla, donde en las últimas horas se presentó una inundación que dejó considerables daños en varias viviendas, acueductos, sistema de alcantarillado y en un centro hospital, afectando a varias familias de la zona.

Hasta el lugar de los hechos se desplazó una comisión técnica de la Dirección Administrativa de Gestión de Riesgo de Desastres y profesionales de Instituto Departamental de Salud de Nariño; con el fin de evaluar los perjuicios causados por el fenómeno natural y brindar a los pobladores una respuesta efectiva.

Al respecto, la Gobernación de Nariño, anunció la entrega de 40 Kits de ayuda humanitaria consistentes en paquetes de alimentos, elementos de aseo personal, 10 Kits de cocina, colchonetas y frazadas, además, de la presencia de maquinaria amarilla para apoyar las labores de remoción de escombros y el monitoreo permanente de los afluentes para proteger la vida de los habitantes del municipio, ubicado al sur del departamento, a 64 kilómetros de la capital nariñense.

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